La I Guerra Mundial popularizó el sujetador

La I Guerra Mundial popularizó el sujetador

 

Los corsés han predominado como prendas interiores de las mujeres occidentales durante siglos, hasta la Primera Guerra Mundial. Entonces, ¿cómo ayudó la guerra a popularizar el sujetador? En una palabra, o dos palabras en este caso: la escasez de metal. La fabricación de corsés requiere un poco de metal. De este modo, en 1917, la Junta de Industrias de Guerra de los Estados Unidos pidió a las mujeres estadounidenses para ayudar a que sus “hombres ganaran la guerra” que no usaran o compraran corsés.

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Puede parecer que no se ganaría mucho metal con este cambio, pero, de hecho, durante la guerra, se estima que se liberaron alrededor de 28.000 toneladas de acero gracias a ello.

Además de aumentar recursos, otros aspectos de la guerra también contribuyeron a la desaparición del corsé y la proliferación del sujetador. Por ejemplo, durante la guerra, las mujeres estadounidenses se encontraban trabajando en las fábricas, lugares en los que simplemente no era posible trabajar adecuadamente con un ultra-ajustado corsé. Así, necesitaban más “libertad”, y el sujetador se convirtió en la alternativa más utilizada.

Hacia el final de la guerra, las mujeres -ya más interesadas por la moda- en América del Norte y Europa en su mayoría ya usaban sostenes y pronto la producción en serie de sujetadores se intensificó. Las mujeres de Asia, África y América Latina siguieron la tendencia. Los corsés fueron diseñados para acentuar el ideal de la belleza del estilo victoriano con curvas en la cintura y para aumentar los senos. Aunque hacía muy difícil la respiración y apretaba la cintura de las mujeres tanto que incluso podría desplazar sus órganos y causar ciertos problemas internos, junto con síntomas como desmayos, problemas ginecológicos, sofocos, y náuseas, entre otros. Sin los corsés, las mujeres podían moverse y respirar de nuevo.

Entonces, ¿quién inventó el primer sujetador?

El uso de una prenda de vestir especializada para sujetar los pechos de la mujer se remonta al menos alsiglo 14 aC en Grecia, donde las mujeres llevaban una banda de lana o de lino que que les envolvía los pechos e iba atado en la espalda. Las representaciones de estos primeros sujetadores se pueden ver en murales pictográficos en Creta.

En cuanto al sujetador moderno, no está claro quien fue el primero en inventarlo, ya que numerosas patentes en distintos países se presentaron desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX.Supuestamente, el primer diseño moderno de un sujetador fue patentado en los EE.UU. por Caresse Crosby, en 1910.

Tuvo la idea para su sostén cuando tenía sólo 19 años de edad y quiso ponerse un vestido de noche transparente. Debido al gran tamaño de sus senos, el vestido y el corsé no “hacian buena pareja”, así que, con la ayuda de su criada, tomó dos pañuelos y un poco de cinta y los cosió para hacer algo así como lo más parecido a un sujetador de hoy en día. La moda hizo el resto…

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