Amatxu, se que a veces te hago sentir mal, que no me porto como te gustaría.

Me da mucha pereza recoger la habitación y al final lo terminas haciendo tú, entre otras muchas cosas.

Que te levantas temprano por la mañana para que el desayuno esté justo cuando me levanto.

Haces la comida y que muchas veces la desprecio porque no me gusta.

Me llevas y recoges del colegio, y lo primero que me das es un beso, me dices cuánto Te Quiero y me das la merienda aunque vengas con la lengua fuera porque has salido justa del trabajo.

Se que trabajas mucho para que yo lo tenga todo, aunque eso signifique que tú te quites de muchas cosas.

Y por las noches me activo cuando lo que estás deseando es que me vaya a la cama, para tú poder sentarte un rato y descansar.

Querida amatxu, se que hago muchas cosas que te ponen de mal humor y que muchas de ellas las podría evitar.

Por toda la paciencia de la que dispones quiero que sepas que Te quiero.

Hija, quiero que tengas muy presente que sí, que haces todas esas cosas y harás muchas más, pero entran dentro de tu aprendizaje.

Que discutiremos, reiremos, lloraremos y nos abrazaremos.

Que unas veces nos diremos “te quiero mucho” y al minuto nos estaremos “tirando los trastos a la cabeza”

Pero también forma parte de nuestra vida, nuestro aprendizaje.

Por todo ello y debido a todo ello, quiero que sepas que te quiero, que siempre puedes contar conmigo aunque estemos separadas en la distancia, en sentimiento y en pensamiento.

Porque nos guste o no, tenemos un lazo tan grande, tan largo y tan fuerte, que es capaz de traspasar y de resistir todas las barreras que se nos presenten.

Amatxu, se que las cosas materiales no te importan mucho, que prefieres que te demuestre lo mucho que te quiero con hechos que vayan acompañados de palabras.

Pero hoy quiero darte un pequeño detalle que creo que será de tu interés ya que te llevo oyendo demasiado tiempo que lo necesitas.

Siempre has querido meterte sexy a la cama, sentirte mujer, no solo madre, ya se que papá te quiere tal como eres, pero quiero regalarte un camisón lencero, que si me permites el atrevimiento hará las delicias de papá.

Supongo que esta parte de vuestra relación también se ha resentido con mi llegada, lo entenderé cuando sea mayor, pero ahora que empiezo a comprender el mundo de los adultos, quiero que disfrutes, que tu vida vaya más allá de mí.

Y para terminar, te doy las gracias de corazón por darme la oportunidad, cuando llegue mi momento, de sentir lo que tú sientes, de vivir lo que tú vives.

Pero eso sí, amatxu, desde mi experiencia, porque cada persona en esta vida debe vivir con sus propias decisiones, porque tu experiencia, no tiene o debe valer para mí.

Se que te costará dejarme volar, pero ponte en mi pellejo y piensa que tú en su día también quisiste volar, vivir nuevas experiencias y situaciones que a día de hoy te han llevado a mí.

Ziortza Castro Belaunde

Por todo ello y gracias a todo ello,

Tu hija que te quiere.

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